Cuando somos pequeños algunos niños decían que besar a una niña era
asqueroso, pero siempre se preguntaban por que los adultos o sus padres lo
hacían con frecuencia. Por otro lado las niñas se ruborizaban y soñaban con la
idea de su primer beso y su primer amor.
Pero ya en la adolescencia, el tema de declararse era casi una travesía, venían preguntas a su
cabeza como: ¿será que me rechazará? ¿Y si no le gusto? ¿Y si gusta de otra persona?;
antes de cada intento repasaban cada palabra, cada gesto, e inclusive algunos
lo hacían frente al espejo con la idea de practicar, o en el peor de los casos
dejaban pasar la oportunidad por el miedo que esta situación producía.
No obstante las mujeres jamás pensaban en la idea de declararse o insinuarle a
él que te gustaba, la época no se prestaba para tan siquiera pensar en ello.
Cuando por fin te llenabas de valor, te acercabas a la chica que para ti
era la más linda que habías visto, las manos te sudaban y las rodillas te
temblaban como cuando hacías deporte por primera vez.
Primaba el romanticismo, las cartas hechas a mano con declaraciones casi
sin sentido, mala ortografía y corazones mal hechos que robaban suspiros de
parte y parte, las canciones dedicadas o aquellas que ni siquiera te gustaban,
ahora relataban la historia de amor que estas viviendo.
Cuando se es niño o se está en la etapa de la pubertad, la fantasía del
primer amor se vive de una manera intensa, y en ningún momento pasa por tu
cabeza que la ruptura con la persona que más quieres pudiera doler como la
recuperación de una cirugía a corazón abierto.
El rompimiento de la primera relación y la que tu considerabas que seria
de toda la vida llega a su fin, y solo para mostrarte que los cuentos de los hermanos
Grimm habían jugado con tu niñez y te habían inmerso en un mundo de príncipes
azules, que en este caso, estaban atravesando tu corazón con su espada.
Ahora que estamos grandes y algunos un poco viejos, vemos la vida desde
una perspectiva más amplia, aun ese sentimiento que invade nuestro pecho y que
se niega a salir cuando la cabeza se lo ordena, sigue dominado nuestros
pensamientos.
¿Las sensaciones han cambiado? ¿Ya no se sienten los mismos nervios? ¿Ya
no sudan las manos de igual forma o en la misma cantidad?
A consideración podría decirse que lo único que ha cambiado de ese
sentimiento entrometido y cautivador, es que las chicas tienen un papel
participativo; ahora se declaran, roban besos y visitan su casa a altas horas
de la noche con la idea de sorprenderlos.
Sin importar como hayan cambiado los tiempos, o como el paso de los años
hayan influido en nuestras vidas, lo que si es notable es que siendo niños,
adolescentes o adultos, el amor es ese terrible sentimiento que invade cuerpos
sin razón, enloquece a los lucidos, cautiva a los rudos y en mi caso, podría
decir que me daba dolor de estomago.
¿El paso del tiempo ha cambiado tu forma de amar?
H.KELLEN
- martes, agosto 28, 2012
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